Un mensaje para abrirse en 100 años

Su sola presencia, durante 22 años, genera respeto. Un alto gerrero pasto y un cofre con frailejones son el  Monumento al Milenio, ubicado en la vía hacia la Reserva Ecológica El Ángel, al sur del Carchi.

La pieza más importante de este complejo escultórico es una urna que se abrirá en el 2100. Para ello, simbólicamente se colocó la estatua del un guerrero pasto que cuida la fecha de apertura y los bienes patrimoniales depositados allí. Además, alrededor del cofre, hay 20 frailejones: uno por cada siglo, planta típica del páramo.  

Luego de 22 años de sellado el cofre, no hay el recuerdo preciso acerca de qué objetos guarda la urna de cemento. No se nos facilitó las actas. Sin embargo se sabe que hay imágenes, botones, documentos, hasta bebidas alcohólicas de aquella sociedad angeleña del año 2000.

Antonio Ibarra, historiador del cantón Espejo, dice que el mensaje del Monumento al Milenio es entregar un mensaje de cuidar el Páramo de El Ángel  ya que de ahí sale el agua que necesita la provincia. Tulcán requiere 420 litros por segundo, Huaca 3 litros por segundo. Montúfar 60 litros por segundo.  Mira, 41,57 metros cúbicos al mes, Bolívar 933 litros al día y Espejo, 76,26 litros por segundo. 

El riesgo es real. Por ejemplo, en Tulcán, el verano del 2021 fue apocalíptico ya que se anunció que el río Chico, fuente de captación principal de la ciudad y que nace del Páramo de El Ángel, se agotó.

Damián Ponce, administrador de la Reserva Ecológica El Ángel, indica que las causas para la sequía de caudales son incendios, sembrar pasto u otros productos en la frontera agrícola donde el ecosistema del frailejón es frágil, el efecto invernadero y las disputas por los canales de riego y el aumento de más usuarios. 

Francisco Fuentes fue el escultor que realizó esta escultura. Confiesa que le invade la nostalgia al saber que nadie de esta generación abrirá esa urna. Igual emoción compartieron quienes vieron sellar el cofre. Antonio Ibarra recuerda que hubo un sentimiento parecido al de un funeral porque nadie iba a ver la apertura del cofre en el 2100. Incluso se presentó la banda municipal. 

El ex alcalde de Espejo,  Lenin Carrera, cuenta que la razón porque se  construyó el monumento fue la desesperación por una juventud quemeimportista, una sociedad individualista y mercantilizada.

El Estado debe proteger las cuencas hidrográficas, humedales y otros recursos hídricos superficiales y subterráneos. En ese sentido, desde hace 30 años, fecha en que se declaró al páramo de El Ángel como parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, esta zona debe ser cuidada de incendios, uno de los factores de riesgo que más daño causan a las esponjas de agua. Según la Unidad de Protección del Medio Ambiente de la Policía, de los siete incendios que se dieron el año pasado, en 2022 se registraron tres. Parte de ello se debe a las 18 charlas de prevención de los delitos contra la naturaleza. Cabe señalar que las sanciones por daños ambientales pueden llegar al pago de tres mil dólares o prisión de más de tres años.

Damián Ponce, administrador de la Reserva ecológica El Ángel,  manifiesta que son 15 microcuencas  de donde sale el 90% de agua para la provincia, las cuales proveen 5 340 litros por segundo. 

“Sería interesante conocer las memorias y recuerdos que guardan el cofre para aprender más de nuestras raíces.  Hay que respetar y abrirlo en 2100 y es una suerte para las personas que puedan verlo. Ellas disfrutarán, se asombrarán o cuestionarán los secretos y memorias”, dice Any González, joven de este cantón que siente la responsabilidad de cuidar la Reserva.


Lo que más me gusta de mi cantado es...

Tulcán, 2 de junio de 2022
Redacción Vínculo

La entonación carchense es conocida en Ecuador pero ¿cómo vincula a la gente y qué prejuicios existen?

Cristina Cevallos, oriunda de la provincia de Manabí, vive en Tulcán desde hace 11 años.
Víctor Melo, dramaturgo, celebra el cantado carchense y lamenta cuando las personas lo ocultan. 

Ese sentimiento satisfactorio de decir en el Carchi: oohhh velo!! Ve, caballo,  tiene mucha tela qué cortar:

Es una manera de mostrarse, un abrazo con las palabras y un hecho afectivo para el antropólogo Ramiro Cabrera.

“Por ejemplo: siéntese un ratico, tómese un cafesito con unas torillitas de tiesto que ahoritita estoy haciendo, despuesito se va”, son abrazos con las palabras que nos remiten a nuestro territorio  y la manera de reconocernos.

La entonación carchense  florece donde nos sentimos a gusto pero con el tiempo puede que cambie, señala. “En  la juventud encontramos el voseo y, en otros círculos más formales, usamos el usted.

Cristina Cevallos es manaba y vive aquí 11 años. Ella afirma que los carchenses tenemos nuestro “propio  idioma”. “Sus palabras tienen tal fuerza que influyen porque yo ya hablo como tulcaneña”. A decir de esta migrante mantense, al relacionarse con la gente de Tulcán su identidad fue tan fuerte que provocó aquello y que termine diciendo palabras como “apurá” o  “vení”.

De todas las formas cómo hablamos en el Carchi, ella dice que los diminutivos es lo que más se le ha pegado, sin embargo ha tenido que consultar en algunas ocasiones si algunas palabras son “buenas” o “malas” o si se dicen en buen o mal plan como “chiltero”.

Víctor Melo, dramaturgo, dice que el cantado se lo escucha más en los mercados, con los vecinos y es un encuentro con el lenguaje  y una parte vital de la memoria.

“Ese lenguaje sale cuando somos. Es una afirmación desde Lo Pasto”.Para este artista escénico, el cantado es nuestra afirmación y lo más bonito es cuando no se lo oculta.

“Sin embargo, no nos identificamos con ciertos humoristas porque hay un lado pícaro y uno bobo o que que no podemos adecuarnos a la modernidad. Ese viejo prejuicio del indio que va  a la ciudad y no sabe cómo: es un humor fácil y se lo logra hiriendo al otro: mujer, niño, o un defecto físico”.

La psicóloga Sofía Ribadeneira, es tulcaneña pero reside y trabaja en Quito.

La lingüista Ileana Almeida dice que entender al otro siempre ha sido un problema. De eso se trata de interculturalidad: conocer o aceptar al otro en un plano de igualdad porque ninguna cultura es superior a otra.

“Cuando una sale de Tulcán sale con la defensa”, dice Sofía Ribadeneira, psicóloga clínica. Sin embargo, llegar a Quito y hallar gente que estaba dispuesta a escuchar o, que se le pegue el cantado, es una muestra de amor que se "vuelve recíproca en el momento que una se deja ver, en el momento que se muestra", agrega.

Para el antrpólogo Ramiro Cabrera el cantado es una manera de mostrarse, un abrazo con las palabras.

El lenguaje hablado es el principal vinculo que hay entre pueblos y es un vínculo intercultural. Pero para Almeida el cantado carchense tiene una entonación difícil de reproducir y puede que sea un sustrato del quechua pero, aclara, es solo una hipótesis que sería difícil de probar por tantos siglos transcurridos. 

La lingüista Ileana Almeida aclara que el cantado carchense es una entonación no un dialecto. 

Y acerca de la lengua pasto indica que “no se puede hablar ni de lengua ni de dialecto pasto porque se extinguió, solo de rasgos fonéticos pero no creo que se pueda reconstruir. Se perdió para siempre”.